“Por lo tanto yo les digo, no se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?… No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.”1
El descubrimiento de cómo la ansiedad y la preocupación afectan nuestra salud física y emocional, no fue hecho por nuestra generación. Fue hace tres mil años que la Biblia declaro que “la mente tranquila es vida para el cuerpo”2 y fue hace dos mil años que el Apóstol Pablo escribió,”No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; Pídanle y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; Y esta paz cuidara sus corazones y pensamientos por medio de Cristo Jesus.”3
Como quiera que sea, una cosa es saber sobre la paz de Dios pero otra cosa es experimentarla. Comienza con la habilidad de poder ver y admitir nuestros temores reales, encarándolos y resolviéndolos, y aprendiendo a dárselos a Dios—y no volverlos a tomar.
Las causas detrás de la ansiedad y la preocupación pueden ser muchas y variadas. Las siguientes son algunas de las más grandes con algunas sugerencias de cómo sobreponernos a ellas.
Primero, si la ansiedad es situacional—esto es, si es a causa de circunstancias adversas o demasiado trabajo, he encontrado que ayuda el escribir todas mis responsabilidades en papel. Esto es la mitad de la batalla. Luego elimino las cosas de menos importancia, trabajo en las cosas que puedo solucionar, y trato de aprender a aceptar las cosas que no puedo cambiar y dejar de preocuparme al respecto.
Segundo, si el problema esta reprimido, sentimientos guardados tales como el resentimiento, heridas o enojo, estos sentimientos necesitan ser expresados en formas saludables. Si estas alimentando un rencor, tendrás que arreglar las cosas con la otra persona y perdonarle.4 Puedes hablar con una persona de confianza sobre estos sentimientos negativos. O si te ayuda, ve a darte una vuelta en tu coche y con las ventanas cerradas expresa lo que sientes a grito abierto, ve a la recamara y llora, o escríbelos como David lo hiso en los Salmos. No los guardes en tu corazón.
Una noche que me encontraba preocupado y no podía dormir, me levante y le escribí una carta a Dios compartiendo todos mis sentimientos con él. En media hora había soltado todos mis sentimientos guardados. Luego se los leí a Dios, rompí la hoja, me acosté, y me dormí inmediatamente.
También el ejercicio físico ayuda cuando nos sentimos preocupados o ansiosos.
Tercero, si tu preocupación es causada por necesidades espirituales o emocionales que no están siendo satisfechas, puedes remediar esto creciendo en tu relación con Dios y otras personas—ambas son clave para una vida libre de preocupación. Un grupo de crecimiento espiritual o un buen grupo de doce pasos pueden ser de gran ayuda para algunas personas. Así como confíes en otras personas de confianza y en Dios y sientas su amor y aceptación, poco a poco podrás cambiar tus sentimientos de temor, culpabilidad, enojo, insuficiencia, ansiedad, y preocupación, por sentimientos de esperanza, confianza, paz, y amor.
Para concluirse…
Oración Sugerida:”Querido Dios, cuando estoy ansioso y preocupado, si hay causas escondidas para ello, por favor ayúdame a verlas y guíame a la ayuda que necesito para resolver estas cuestiones desde su raíz para que así pueda yo completamente confiar en ti y no estar preocupado, ansioso, o temeroso. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Mateo 6:25,34 (DHH).
2. Proverbios 14:30 (DHH).
3. Filipenses 4:6-7 (DHH).
4. Vea Mateo 5:23-24 (DHH).
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