“Sin embargo, ahora me alegro”, escribió el Apóstol Pablo, “no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño…qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia!”1
En respuesta a una edición de Encuentro Diario que escribí hace algún tiempo, un subscritor escribió al día siguiente, “Me preocupa su artículo acerca de lanzadores de culpa y receptores de culpa. ¡Hay algunas cosas en este mundo que están mal Bíblicamente! Nuestra hija ha usado ese artículo para justificar un estilo de vida que esta inherentemente cargada con pecado. El pecado es real y es malo. Algunas personas necesitan sentir culpabilidad. Así es como trabaja el Espíritu Santo para que las personas regresen al camino de Dios. Desprecio toda la idea de este articulo – que no hay nada por lo cual deberíamos sentir culpa—¡MENTIRA Y HEREJIA! ¡Deberías estar avergonzado! “
Querida Juana (nombre cambiado), gracias por su respuesta al Encuentro Diario sobre “Lanzadores de Culpa y Receptores de Culpa.” Siempre aprecio cuando los que no están de acuerdo conmigo me lo dicen directamente.
Primero, apreciaría si me dejara saber específicamente lo que dije que usted siente que es mentira y herejía. También, ¿donde dije “que no hay nada por lo cual deberíamos sentir culpa”?
Segundo, este artículo no está hablando de no sentirnos culpables cuando hemos hecho algo malo. Está hablando acerca de personas quienes ponen vergüenza y culpa en otras personas, lo cual a menudo es usado para controlar y manipularlos – o para buscar justificar sus propias acciones.
Tercero, mi artículo dice que la culpa es mejor dejarlo al Espíritu Santo. En otras palabras es el trabajo de Dios hacernos sentir culpables, no es mi responsabilidad hacer sentir culpables o avergonzados a los demás.
Cuarto, es cierto que usamos la palabra “culpa” como una respuesta emocional, pero en la Biblia la culpa es un término legal, no emocional. Si hemos hecho algo malo, somos culpables a pesar de lo que sintamos. Es lo mismo con la ley de la tierra – la culpa tiene que ver con lo que hemos hecho o no hemos hecho – no con cómo nos sintamos.
Quinto, el termino bíblico “emocional” o respuesta apropiada cuando somos culpables es “la tristeza que proviene de Dios” como vemos en la Escritura de hoy.
Por último, si su hija está en rebelión en contra de lo que usted cree, yo le urgiría a orar sinceramente y pedirle a Dios que le revele cualquier cosa que usted posiblemente esté haciendo para contribuir a esta rebelión. También tenga en mente que la gente que sabe que lo que está haciendo está mal, a menudo cambian la verdad para que esté de acuerdo con su percepción equivocada de la realidad en un intento vano de justificar sus acciones. Lo que dije yo o lo que han dicho otras personas no es culpable. Cada persona es totalmente responsable de sus acciones y comportamiento.
Oración sugerida: “Querido Dios, por favor ayúdame a nunca cambiar tu verdad para hacer que diga lo que yo quiera que diga. Y ayúdame a nunca justificar mis malas acciones o las de otros, ni tampoco usar tu verdad para manipular a otros y hacerles sentir avergonzados o culpables. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. 2 Corintios 7:9-11 (NVI).
<:))))><