“Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.”1
Un lector de Encuentros Diarios nos dice, “por favor ayúdenme.” ¿Es correcto pedirle a Dios que me envíe a una persona especial/compañero para compartir mi vida? ¿Y cómo podré saber si Dios me ha enviado esa persona?”
Le puede pedir a Dios cualquier cosa que desee en su corazón mientras este en armonía con su voluntad. Es escucha todas las oraciones sinceras y las responde—no siempre de al manera que desearíamos que fuesen respondidas, pero siempre de la manera que es mejor para nosotros.
Sin embargo, para sentirse atraído y encontrar a un adulto sano y con madurez nosotros mismos necesitamos ser adultos sanos y con madurez. Así que la clave es aprender a orar la oración correcta; en vez de pedirle a Dios que nos envíe o guíe hacia el compañero correcto, necesitamos pedirle a Dios antes que nada que nos ayude a ser el compañero correcto.
El hecho es que solo las personas sanas, felices y maduras encuentran compañeros sanos, felices y maduros. ¿Si una persona inmadura, que no es sana y es egoísta le pide a Dios por un compañero para el resto de su vida, le guiara Dios hacia una persona saludable y madura? Seguramente no. Y aun si veo a personas esperando que Dios haga este tipo de cosas por ellos todo el tiempo.
Por lo menos en nuestra cultura Occidental, románticamente nos sentimos atraídos básicamente a compañeros donde nuestras neurosis (problemas personales sin resolver) se conectan y le llamamos amor o enamorarse. Con frecuencia es pura pasión y/o necesidad. Esto nos puede llevar al amor verdadero, pero el problema con el enamorarse es que una vez que la pasión se acaba, si no tenemos algo mas profundo, en lugar de crecer nuestro amor termina acabándose.
Así que la manera importante de orar es pedirle a Dios que nos ayude a crecer en madurez y que después de esto nos guíe hacia una persona sana y madura. Aun más, el madurar requiere de un gran compromiso y trabaja arduo de nuestra parte. No existe tal cosa como la madurez instantánea.
¿Y como sabrán que esta persona con quien desean casarse es la elección de Dios? Primero, comprendan que la elección es suya. Dios les dará la sabiduría y les guiara si realmente lo desean, pero el no tomará a decisión por ustedes. Esa es su responsabilidad porque Dios no es co-dependiente. ¿Y cómo sabrán que esta es la persona correcta? Para descubrir esto yo le sugiero a las parejas que busquen no solamente la guía de Dios en oración, pero que también encuentren a un consejero cristiano que sea competente con quien a través de intensas sesiones, la pareja recibe exámenes psicológicos antes de dar el “Si.” Esto es usan sus cabezas así como su corazón en una de las decisiones más críticas e importantes en la vida.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor guíame con tu espíritu santo para ver las áreas de inmadurez en mi vida para que las pueda resolver. Ayúdame a encontrar la ayuda que necesito para vencer esos problemas. Y después dame la sabiduría y muéstrame el camino para encontrar un compañero sano y maduro (y/o buenos amigos). Aun mas, enséñame a orar las oraciones correctas, las que están basadas en la verdad y la realidad y que están en armonía con tu voluntad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amen.”
1. 1 Juan 5:14-15 (NVI).
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