No temas

“El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?”1

“Se dice que la desaparecida consejera/columnista de periódico, Ann Landers, recibía un promedio de 10,000 cartas al mes, y casi todas de personas agobiadas con problemas. Se le preguntó si hubo algún problema que predominar a lo largo de las cartas que ella recibió, y su respuesta fue el problema más común parecía ser el miedo.”2

El miedo, de un grado u otro, es algo común a toda la humanidad. La gente tiene temores de innumerables cosas: saltamontes, insectos de todo tipo, serpientes, arañas, ratones, la oscuridad, proximidad, intimidad, perder la salud, riqueza, felicidad, amistades, lo desconocido, y lo infinito. Algunas personas le temen incluso al éxito e inconscientemente se ponen trampas para fallar. Otros le temen tanto al fracaso, que incluso no dan un paso ni intentan cumplir con los objetivos y la ambición de su vida.

El antiguo rey de Israel, el rey Saúl estaba tan celoso de David que decidió matarlo. David estaba en su derecho a estar temeroso y sin duda alguna lo estaba. Pero debido a su firme confianza en Dios, fue capaz de decir con confianza, “El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?” Cuando nuestra confianza esta en Dios, con toda confianza podemos decir lo mismo. Me gustan las palabras de un poeta desconocido quien dijo:

    Preferiría tropezar mil veces
    intentando alcanzar una meta
    que sentarme con una multitud
    con mí cubierta contra el mal tiempo
    un alma seca y satisfecha de sí misma.    
    Preferiría estar haciendo algo y ser audaz
    en todos mis días llenos de error
    que viendo, esperando, y muriendo
    satisfecho en mi perfección.
    Preferiría cuestionarme y equivocarme
    tropezando ciegamente hacia el frente
    que para mi propia seguridad
    por miedo a cometer un error,
    estar seguro, bien y estar muerto.

Dios tiene un objetivo y un propósito específico para su vida. Está bien tener miedo, sólo que no permita que el miedo le controle. Comprométase y confíe su vida a Dios cada día y él estará con usted. Salga adelante con fe para hacer lo que sabe o cree que Dios quiere que haga con su vida. No tire su vida por la borda — haga de ella una inversión para la eternidad.

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias porque al poner mi vida y mis caminos en tus manos, tu espíritu está conmigo para orientarme y dirigirme en todo lo que soy y hago. Ayúdame a descubrir el propósito que tienes para mi vida y dame el valor para salir en la fe y ser todo lo que has planeado que sea y hacer todo lo que deseas que haga. Y aun cuando siento temor, yo elijo poner mi confianza en ti. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Salmos 118:6 (NVI).
2. The Bible Friend. Citado en Enciclopedia de las 7700 Ilustraciones por Paul Lee Tan., Rockland, Maryland. © 1979.

<:))))><

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>