“Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.”1
Un lector de encuentro diario escribe: “tengo un amigo ateo con quien estoy tratando de compartir el evangelio. Su respuesta es que no puede encontrar una pizca de evidencia de que Jesús las historias extraordinarias requieren de pruebas extraordinarias. ¿Alguna sugerencia sobre lo que le puedo mostrar? Mi fe es firme, pero aparentemente no lo he podido tocar.”
Hola Kevin (nombre ficticio), hay un viejo refrán que dice: “un hombre convencido en contra de su voluntad aun tiene la misma opinión.” Hay mucho de verdad en esto.
El hecho es que la mayoría de la gente básicamente cree lo que quiere creer—lo que es más conveniente para ellos—independientemente de los hechos. Muchas veces el negarse a creer en Dios no es tanto un problema intelectual como lo es un problema moral. Es decir, si una persona cree en Dios, él sabe que es responsable y deberá de rendir cuentas de cómo vive y se comporta. El no creer en Dios le da la falsa seguridad de que no debe rendirle cuentas a nadie sino a sí mismo. En un sentido se convierte en un Dios a sí mismo—y la ley para sí mismo. En definitiva, este es un peligroso camino a seguir.
Así que ¿qué puedo hacer para convencer a un ateo confeso de la realidad de Dios? Probablemente no será a través de un argumento intelectual porque él estará predestinado a estar a la defensiva y de mente cerrada. En cuanto a su afirmación de que Jesús nunca existió, podría preguntarle si él cree que Julio Cesar existió. Sin embargo, porque su mente ya está hecha—esto es está cerrada a toda evidencia—El no quedará convencido a pesar de que ambas personas son válidas tanto una como la otra. La existencia de ambas personas es un hecho histórico.
Una de las cosas más positivas que puede hacer es orar que Dios le ayude a ser “como Jesús” para con su amigo ateo y esperar que al ver a Jesús en usted y, con el tiempo, él mismo desee lo mismo para sí mismo. Esto puede ocurrir o no. Sin embargo, si alguna vez va a “ver” a Jesús, lo más probable es que tendrá que ser a través de usted. También, déjele saber de modo discreto que usted está siempre disponible en caso de que él lo llegue a necesitar. Años atrás, cuando estaba en el servicio nacional australiano, le di mi fin de semana a un compañero de servicio que desesperadamente quería estar en su casa ese fin de semana. Quedó tan impresionado que, sabiendo que yo era cristiano, él también deseo ser un cristiano.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a vivir de manera que otros ‘vean a Jesús’ en mí y concede que ellos, viendo a Jesús en mí, lo desean en su vida también. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén.”
1. Hebreos 9:27.
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