Manejando la crueldad

“En efecto, el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.”1

Sin duda, la mayoría de nosotros, en un momento u otro, hemos sido lastimados profundamente ya sea a través de un malentendido o deliberadamente por otra persona. ¿Cuándo nos lastiman, cómo manejamos nuestros sentimientos heridos y los sentimientos de ira? ¿De una manera amable y como lo haría Dios? Tengo que admitir, no siempre es fácil.

Recientemente recibí una carta de un pastor y esa ha sido la carta más brutal que he recibido por parte de un líder de la iglesia en más de 40 años de Ministerio. Fue por una cuestión extremadamente simple. En un anuncio en un revista para pastores yo había ofrecido una copia gratuita de mi libro Odio evangelizar, solicitando que el destinatario sólo pagara los gastos de envío. Un pastor, después de haber recibido el libro, me acusó de extorsión porque yo ofrecía el libro gratuitamente, pero pedía que pagaran los gastos de envío. Además añadió palabras muy desagradables acerca de los cristianos de California. Él me dijo que jamás me pusiera en contacto con él o su iglesia. No me lastiman mis sentimientos muy a menudo, pero debo de confesar, esta carta no sólo lastimó mis sentimientos, pero también disparó mi ira.

Entonces, ¿cómo le respondí? No lo hice con prisa pues sé que nunca es aconsejable responder a cualquier persona cuando uno se siente herido, molesto o enojado. He de admitir que quería darle a este hombre un pedazo de mi mente por lo que cuando ya estaba listo para responder, tuve que orar para que Dios me ayudara a ser “como Jesús” con este hombre. Le conteste enviando a este hombre una copia del anuncio en donde estaba muy claro en dos lugares que el libro era libre y debían de pagar sólo por los gastos de envío.

Sin embargo, antes de enviar al carta por correo, me quede con ella durante un par de días, y también le pedía a Joy, mi esposa, que la leyera para asegurarme de que no había ningún resentimiento en lo que yo había escrito.

El día antes de escribir el primer borrador de la carta, leí la siguiente cita muy apropiada de Leonard Hodgson, quien dijo: “Siempre que se soporta el dolor para prevenir el criar amarguras o cualquier otra fruta del mal, se hace una contribución para rescatar a la creación de Dios de las garras del diablo.”

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, siempre que sienta dolor y me sienta injustamente criticado, ayudarme por favor a lidiar con mis emociones de manera creativa, y a nunca abalanzarme para herir a quien me lastime y a siempre ser ‘como Jesús’ con quienes me han lastimado. Y cuando la crítica sea justificada, por favor ayudarme a aceptarla amablemente y a realizar cambios, cuando sea necesario. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. 1 Pedro 3:10-12

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