“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”1
En el mundo de la informática probablemente estamos todos conscientes de las iníciales “LQVELQO”, que significan “Lo que ves es lo que obtienes.”
En el mundo real es más o menos lo mismo, o podría ser redactado de esta manera: “Lo que buscamos es lo que encontramos.”
Steve Goodier en su libro, ¿Vives en el pasado? Compartió cómo tanto el buitre como el colibrí vuelan sobre el mismo desierto. El buitre ve carne podrida. El colibrí ve las coloridas plantas del desierto. Cada uno ve y encuentra lo que está buscando.
Nosotros hacemos lo mismo. Aquello que deseamos y lo que nos mueve son las cosas que buscamos y encontramos. Como lo dijo Frederick Langbrige, “Dos hombres miran por la rejas de la misión prisión, uno ve el barro, el otro las estrellas.”
Si tenemos hambre de mal, eso es lo que encontraremos. Si tenemos hambre de riqueza material y posesiones, eso es lo que vamos a buscar. Si tenemos hambre de amor ilícito, eso es lo que vamos a buscar, ver y encontrar, etc., etc., pero si tenemos hambre de justicia que es lo que vamos a buscar, y si tenemos hambre de Dios, lo encontraremos.
María Norman lo resumió muy bien: “Nunca he visto el rostro de Dios / Para dibujarlo en un libro / Pero he visto la mano de Dios / las veo en todas partes.”
Es cierto en que lo que vemos es lo que tenemos y lo que buscamos es lo que encontramos. Esto depende de lo que tenemos hambre y sed de.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a desarrollar una sed de justicia, por las cosas de valor eterno, y sobre todo un hambre y sed de ti. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amen.”
1. Mateo 5:6 (NVI).
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