Estos hombres pueden haber sido ciegos físicamente, pero tenían una gran visión espiritual. Ellos vieron con los ojos de su mente lo que querían y fueron por ello; y lo recibieron. La vida es así. Básicamente, lo que vemos es lo que tenemos. Si nos vemos como fracasados, siempre vamos a fallar. Y si nos vemos a nosotros mismos como dignos de ser amados, no seremos rechazados en el amor.

Por otro lado, si nos vemos como éxitosos, tendremos éxito en lo que queremos hacer con nuestra vida. Si vemos a nosotros mismos como amables, nunca fallaremos en dar y recibir amor.

Como Antoine de Saint-Exupéry dijo tan elocuentemente, “Un montón de piedras deja de ser una pila de piedras en el momento en que un solo hombre las contempla teniendo en su interior la imagen de una catedral”. Miguel Ángel expresó la misma idea cuando dijo: “Vi el ángel en el mármol y seguí cincelado hasta que lo libere”.

¿Qué ves en tu vida? “Dos hombres miraban a través de las rejas de la prisión, uno veía el fango y el otro las estrellas!” Si usted está viendo el fango, mire hacia arriba y vera lo que Dios ve en usted. Él ve el “ángel” dentro de usted y quiere que se convierta en esa persona.

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias que Tu ves el “ángel dentro de mí. Ayúdame a ver la vision que tu tienes para mí. Con fe, persistencia, trabajo duro y Tu ayuda lo lograre. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, Amén. “

1. Mateo 9:27-30 (NVI).