Ravi Zacarías compartió cómo “durante la guerra fría, un cristiano de los Estados Unidos visitaba Rumania. Era un día gris, frío, y todas las caras alrededor de él reflejaban esa atmósfera gris y fría. Pero en medio del abatimiento, el cristiano oyó a alguien silbar una tonada. Era un viejo himno, “el gran médico ahora está aquí, el Jesús de compasión.”

“El cristiano había descubierta a la persona que silbaba y empezó a caminar junto a él. Debido a que los cristianos eran perseguidos por el Gobierno, él tuvo cuidado de no hacer públicamente su alianza. Simplemente empezó a silbar el mismo tono. El rumano se detuvo por un momento, una gran sonrisa iluminó su rostro. Señaló al cielo. También lo hizo el estadounidense. Señaló su corazón. El estadounidense lo hizo también. A continuación, abrazo al estadounidense en un gran abrazo de oso. Ninguno de los dos hablaba el idioma del otro, pero al instante supieron que eran hermanos en la fe.

¿Cómo es que estos dos hombres de extremos opuestos del mundo, de diferentes culturas y lenguas diferentes, llegaron a rendir culto a un carpintero judío? Porque alguien relató la historia de Jesús a una persona, quien a su vez se la dijo a otra persona, quien se la dijo a alguien más, hasta que llegó a Jerusalén, Judea, Samaria y a todos los extremos de la tierra.”²

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor utilízame hoy de alguna manera para comunicar tu amor y al hacerlo, ser un poderoso testigo de la gracia de tu salvación en mi vida.  Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

Nota: para ayudarnos a llegar a otros con el mensaje de salvacion del evangelio de Jesucristo, por favor únanse a nosotros en Compañeros en el Poder de la Gente por Jesús en: www.actsweb.org/people_power (sólo en inglés por el momento).

1. Hechos 1:8 (NVI).
2. Ravi Zacharias, Libéranos del mal (Nashville: Word Publishing, 1997), pp. 103-104.