Hace muchos años un jinete a caballo se encontró con un escuadrón de soldados quienes trataban de mover un pesado tronco. Un cabo estaba parado a un lado dando órdenes para “empujar”. Pero el tronco estaba demasiado pesado para que el pelotón lo moviera. Así que el extraño a caballo le pidió al soldado que estaba dando las órdenes que les diera la mano.

“¿Yo? Porque, ¡yo soy un cabo, Señor!”

Desmontando, el extraño cuidadosamente tomó su lugar junto a los soldados.

“Ahora, todos juntos—¡vamos!” dijo el extraño. Y el pesado tronco se deslizó fácilmente.

¿El jinete?

¡George Washington!

Se ha dicho que uno puede conocer a una gran persona por la forma en que trata a los demás.

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Jesús, Dios mío, fuiste y eres verdaderamente el siervo de todos. Enséñame el secreto del servicio y permiten encontrar el cumplimiento en la vida a través del servicio a los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Jesus en Lucas 22:26 (NVI).