El cielo es hermoso … Asegúrese de verlo

Usted pudo haber visto el video de un hombre ciego sentado al borde del camino con un letrero que decía: Estoy ciego ayúdenme por favor.” Él había recibió muy pocas monedas. Una señora pasaba, y, al pasar, miró el letrero del ciego. Después de dar unos pasos, se volvió de nuevo y sin decir una palabra re-escribió el letrero del hombre y siguió su camino. La gente que pasaba sin cesar pronto empezó a donar monedas. Al regresar, la mujer que re-escribió la señal se detuvo a ver cómo le estaba yendo al ciego. El le preguntó inquisitivamente: “¿Qué has escrito en mi letrero?” Ella simplemente dijo: He escrito lo mismo pero con otras palabras.” Ella había escrito: “ES UN DIA MUY BONITO Y NO PUEDO VERLO.” Su “visión” cambió el mundo y la vida de este hombre.

Esto nos recuerda cómo muchas personas a las que pasamos día con día que están totalmente ciegos espiritualmente y no puede “ver” el cielo, la mayoría de los cuales no llevan una señal para pedir ayuda, y mucho menos tener un letrero que dice: “El cielo es hermoso y no puedo verlo.”

Así que permítanme compartir con ustedes cómo Dios en su Palabra, la Biblia, ha pintado un cuadro hermoso de los cielos que el ojo de la mente, cuando se abre, puede ver claramente.

No habrá más hambre o tristeza: “Ya no sufrirán hambre ni sed. No los abatirá el sol ni ningún calor abrasador…Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos…”1

No habrá más muerte, luto, llanto o dolor: “Después vi un ‘cielo nuevo y una tierra nueva,’ porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ‘¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.’ Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.”2

Belleza incomparable: “La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro, semejante a cristal pulido. Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas: el primero con jaspe, el segundo con zafiro, el tercero con ágata, el cuarto con esmeralda, el quinto con ónice, el sexto con cornalina, el séptimo con crisolito, el octavo con berilo, el noveno con topacio, el décimo con crisoprasa, el decimoprimero con jacinto y el decimosegundo con amatista. Las doce puertas eran doce perlas, y cada puerta estaba hecha de una sola perla. La calle principal de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.

No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. Y llevarán a ella todas las riquezas y el honor de las naciones. Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino sólo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.”3

El mismo Jesús hizo muchas referencias acerca del cielo. El apóstol Pablo y varios de los discípulos de Jesús también escribieron sobre el cielo. De hecho, en la sección del Nuevo Testamento de la Palabra de Dios, la Biblia, hay 237 referencias en relación con el Cielo. Hay muchas más en la sección del Antiguo Testamento de la Biblia. Tenga la seguridad, el mismo Dios en repetidas ocasiones valida el cielo.

La cuestión crítica es, ¿está usted listo para ver, literalmente, el cielo desde el interior cuando el viaje de su vida en la tierra haya terminado? La Palabra de Dios deja claro que sólo hay dos lugares donde pasaremos la eternidad después de la muerte, ya sea con Dios en el cielo o en el infierno con Satanás y sus demonios malvados. Tenemos que asegurarnos de hacer nuestra elección hoy en cuanto a donde queremos pasar la eternidad. El cielo es hermoso, así que asegúrese totalmente de llegar a verlo. Para estar absolutamente seguro de que así será, asegúrese de hacer las paces con Dios hoy mismo. Para obtener ayuda, vaya a: www.actsweb.org/sp/decision_sp.php.

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias por la promesa de tu Palabra, que le asegura a todos tus seguidores fieles que hay un cielo que está más allá de toda la belleza que podemos imaginar, y que gracias a tu perdón gratuito a todos mis pecados me has garantizado un hogar en el cielo para estar contigo toda la eternidad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, Amén.”

1. Apocalipsis 7:16-17 (Nueva Versión Internacional).
2. Apocalipsis 21:1-4 (NVI).
3. Apocalipsis 21:18-27 (NVI).

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