“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.”1
“El año era 1920. La escena, la mesa directiva para elegir misioneros. De pie ante la mesa directiva estaba un joven de nombre Oswald J. Smith. Un sueño dominaba su corazón. El quería ser misionero, una y otra vez oraba, ‘Señor quiero ir al campo misionero por ti. Ábreme una puerta de servicio.’ Ahora por fin su oración seria contestada.”
“Cuando el examen termino, la mesa directiva le negó a Oswald Smith el ir al campo misionero. No cumplía con sus requisitos. No paso la prueba. Oswald Smith se había trazado su dirección, pero la vida le daba una desviación. ¿Qué haría ahora? Mientras oraba, Dios le planto otra idea en su corazón. Si no podía irse de misionero, podría construir una Iglesia que enviaría misioneros. Y eso es lo que hizo. Oswald Smith fue el Pastor de la “Iglesia de la gente” en Toronto, Canadá, la cual envió mas misioneros que ninguna otra Iglesia en ese tiempo. Oswald Smith incluyo a Dios en la situación, y Dios transformo su desviación en un camino libre de servicio.”2
Años después, Oswald J. Smith tuvo un impacto dinámico en mi propia vida que cambio el curso de mi vida y ministerio. Hace cuarenta años cuando era yo el director de Juventud para Cristo en el sur de Australia, ayude a organizar una semana de juntas con Oswald Smith en la ciudad de Adelaida. En un servicio, Smith predico sobre el poder de la página impresa. Ahora, nunca he escuchado a Dios audiblemente, pero esa noche sentí como si hubiera sido golpeado con un gran “golpe”de parte de Dios. Me sentí tremendamente retado para comenzar a estudiar literatura (aunque yo nunca quería ser un escritor) y salí de esa junta diciéndole a Dios que “algún día haría algo de literatura pero que en ese momento ¡estaba muy ocupado con mi ministerio en la preparatoria!”
¡Qué cosa más tonta de decir a Dios! Dos semanas después, mi ministerio en la preparatoria se derrumbo. Como algo que hacer, escribí el mensaje del evangelio que había estado compartiendo en los salones de clase de la preparatoria, lo imprimí, y lo envié por correo a unos cientos de estudiantes lideres de unas cincuenta escuelas preparatorias en el área superior de Adelaida. Nadie estaba más sorprendido que yo cuando recibí numerosas respuestas. He estado escribiendo y publicando literatura del evangelio desde entonces—por las primeras tres décadas en forma impresa y por los últimos diez años por correo electrónico y el Internet.
¿Y cuál fue el primer mensaje que escribí, imprimí, y envié a estos estudiantes de preparatoria? Fue, “Como Estar Seguro Que Eres Un Verdadero Cristiano…sin tener que ser religioso.” Más de tres millones de copias de este mensaje se han imprimido y distribuido. Multiplicado por los miles que lo han leído en el internet y respondido. También ha sido traducido en diferentes idiomas. Puedes ver una copia en: https://learning.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
Así que cuando Dios ponga una desviación en tu camino, nunca sabrás los resultados que producirá. Y solo soy una persona entre miles que fueron impactados por el ministerio de Oswald J. Smith—y multiplica miles más que han sido impactados por el ministerio de la literatura de ACTS y nuestro ministerio de escritos.
Oración sugerida: “Querido Dios, gracias que cuando diariamente comprometo y confío mi vida a ti, tu diriges mis veredas y me guías en el camino que tu quieres que siga. Por favor continúa haciéndolo todos los días de mi vida. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Romanos 8:28 (NVI).
2. Brian L. Harbour, Levantándose Sobre la Multitud. Citado en http://www.bible.org/
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