Calidad de vida

“¡Tengan cuidado!—Advirtió a la gente—. ‘Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.’”1

“En su libro, La Muerte de la Ética en América, Cal Thomas cita una carta escrita al Washington Post a mediados de los 80. ‘He vivido ambas vidas, feliz y no tan feliz,’ dijo el escritor. ‘En la primera, estaba casado con una mujer profesional y con nuestros ingresos combinados y entre Club Med, coches deportivos y esquiar en los Alpes llevamos nuestro matrimonio de 14 años al olvido.

Ahora tengo 42 años, volví a casarme con una mujer que dejó su carrera ‘profesional’ para atender de tiempo completo a nuestras hijas de uno y cinco años de edad y vivimos en Gaithersburg, Maryland, con un sólo salario. Viajes a Australia y Europa, sábados por la noche cenando en el Nathan y conciertos de Wolf Trap son recuerdos lejanos. Ahora las vacaciones se toman en nuestro viejo camper de nueve años y comer fuera significa ‘¡Bravo! Papá nos traerá pizza a casa.’ Acabamos de iniciar la segunda ronda de… cien lecturas de Pat el Conejito para nuestra niña de un año de edad. El nivel de satisfacción en mi primera vida midió alrededor de 2 en la escala del 1 al 10. Midiéndola ahora, la satisfacción es aproximadamente 9.5′”2

Una cosa es cierta, el dinero no compra la felicidad, la satisfacción, el amor o las buenas relaciones. Estas cualidades vienen de dentro de uno mismo y están determinadas en gran parte por nuestros valores y actitudes. No hay nada malo con el dinero. Lo que cuenta es lo que hacemos con el dinero. Como lo dice la Palabra de Dios, es “el amor al dinero” lo que es la “raíz de toda clase de males.”3

Con valores nobles uno puede hacer buenas acciones con su dinero. Es un cado de motivos: ¿Poseemos nuestras posesiones o nuestras posesiones nos poseen?

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor libérame del pecado de tratar de mantener las apariencias y darle prioridad a las posesiones materiales en mi vida. Ayúdame a tener una actitud sana hacia el dinero y las posesiones, ganar lo que yo pueda en razón y contribuir con sacrificio, generosa y sabiamente a causas que valgan la pena—especialmente las causas que ayudar a mi prójimo y dan gloria a tu nombre. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén. “

1. Lucas 12:15 (NIV)
2. Michael Josephson en el Carácter Cuenta. www.charactercounts.org.
3. 1 Timoteo 6:10 (NIV).

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