“Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.”1
Bill Snell fue un muy exitoso hombre de negocios, el Presidente de un club cívico y un miembro de la junta escolar local. También fue un hombre muy dedicado a su familia y estaba muy cercano a su hijo, Jerry. Siempre que le era posible, a Jerry le encantaba ir con su padre a donde fuera y a menudo iba a trabajar con él en su tienda de muebles. Se le llegó a conocer como el Sr. Jerry por muchos de los clientes.
Sin embargo, un lugar al que Bill nunca iba con su esposa y Jerry era a la Iglesia y a la escuela dominical alegando que estaba demasiado ocupado. Esto había decepcionado enormemente a Jerry quien amaba la Iglesia y la escuela dominical.
Un domingo la maestra de escuela dominical le preguntó a Jerry: “¿Cuando llegues al cielo, que va hacer lo primero que harás?” Sin vacilación, Jerry respondió: “¡No voy a ir al cielo! Voy a ir con mi papá. Nosotros vamos a todas partes juntos.”
Poco después de esto la maestra de escuela dominical de Jerry le dijo a Bill lo que su hijo había dicho cuando ella le preguntó acerca del cielo. Así es él, respondió Bill, él siempre quiere estar conmigo.”
¿Y a dónde vas Bill? le preguntó el maestro de Jerry. ¿A dónde vas a llevar a Jerry? Bill sabía exactamente a lo que ella se refería, pero estaba muy apenado para responder.
La pregunta incomodó a Bill. En su mente constantemente estaba presente el pensamiento, “¿A dónde voy a llevar a mi hijo?” Afortunadamente, poco después, Bill aceptó a Jesús como su Salvador y en ese momento supo que él y Jerry irían al cielo y estarían juntos para siempre.2
Una pregunta oportuna para todos los padres es, “¿A dónde van a llevar a sus hijos?”1
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a vivir de manera que mis hijos, mis seres amados, mis amigos, y mis conocidos sepan que soy un seguidor de Jesús y que ellos también deseen ir a donde yo voy sabiendo que sus pecados han sido perdonados, y que se les ha dado el regalo de la vida eterna al aceptar a Jesús como su Salvador. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”
NOTA: Por ayuda para saber a dónde van, asegúrense de leer el artículo, “Como saber que es un cristiano real” en: https://learning.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
1. Efesios 6:4 (NASB).
2. Adaptado de KneEmail #670. http://www.oakhillcoc.org.
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