“¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana, o le has hecho saber a la aurora su lugar?… ¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo?… ¿Puedes elevar tu voz hasta las nubes para que te cubran aguas torrenciales? ¿Eres tú quien señala el curso de los rayos? ¿Job, eres tú quien le has dado al caballo su fuerza? ¿Has cubierto su cuello con largas crines?”1
El gerente de una tienda escuchó a una cajera dirigirse a una consumidora, “No, señora, no hemos tenido nada por varias semanas, y no parece que nos llegue por un tiempo.”
Alarmado por lo que acababa de escuchar, el gerente se acerco a la consumidora quien en ese momento salía de la tienda y le dijo, “Señora, eso no es verdad. Claro que pronto estará aquí. De hecho, pusimos la orden hace varias semanas.”
Después el gerente hablo a solas con la cajera y la reprendió, “Nunca, nunca, nunca, nunca digas que no tenemos algo. Si no lo tenemos, diles que ya se ordenó y está en camino. Ahora, ¿qué es lo que ella quería?”
La cajera sonrió y dijo, “Lluvia.”2
Job, en medio de todos sus sufrimientos, comprensiblemente cuestionó a Dios y, como el resto de nosotros, tuvo que aprender de la manera más difícil que hay muchas cosas que no podemos pedir, cambiar, corregir o hacer. Job comenzó a controlar sus dolorosas circunstancias sólo cuando aceptó su situación y decidió confiar en Dios. “Aunque él me mate,” dijo Job, “aun así confiaré en él.”3
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a saber lo que puedo hacer, pero Tambien a estar consciente de mis limitaciones como ser humano y al mismo tiempo apreciar mas y mas tu indescifrable grandeza, su bondad, misericordia y amor. Y por favor ayúdame a recordar que la honestidad es y siempre será la mejor política. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”
1. Job 38:12, 32, 34-35; 39:19 (NVI).
2. Alan Smith, White House, Tennessee. www.TFTD-online.com.
3. Job 13:15, (NKJV).
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