“Acaben con todo engaño, hipocresía… y toda clase de comentarios hirientes… deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación.1
Una vez le pregunte a un grupo de personas que pensaban que era el pecado o problema numero uno de un Cristiano. Rápidamente un humorista respondió, “La apatía, ¿pero a quien le importa?” Aunque estaba bromeando, a la mejor tenia razón, pero yo creo que otro de los problemas más grandes ¡es el pecado de la negación!
No importa cual sea nuestro problema, mientras mantengamos nuestra cabeza en la arena y no admitamos que hay un problema, o nos rehusemos a enfrentar la realidad, no hay resolución. Como un avestruz le dijo al otro, los dos con sus cabezas en la arena, “¿Ya estará seguro salir?”
Uno de mis puntos fuertes es poder admitir mis fracasos y debilidades. Eso toma honestidad y valor, pero no toma valor para negarlos. La negación más bien es una señal de temor y debilidad.
Sin acceso a la verdad no hay sanidad, no podremos vencer nuestras dificultades y problemas, y no habrá libertad. Nos ponemos fuera de los límites de Dios para ayudarnos.
Jesús dijo, “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”2 Entonces mientras haya un área en mi vida donde no eh encontrado libertad, a cierto punto, hay alguna verdad sobre mi que no estoy viendo o enfrentando, o estoy en negación. La negación es letal. Nos impide llegar a ser todo lo que Dios quiere que seamos. También es la raíz de las enfermedades físicas sin fin, conflictos en nuestras relaciones, sequedad espiritual, y problemas emocionales incluyendo ansiedad, inquietud, culpabilidad falsa, hostilidad, depresión, etc.
Además, como dice la escritura de hoy, siendo real es parte de poder crecer a una experiencia plena de nuestra salvación y/o madurez Cristiana.
Oración sugerida: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser totalmente abierto y honesto conmigo mismo, contigo, y por lo menos con un amigo de confianza a quien pueda confesar todos mis temores, fracasos, pecados y debilidades sin tener temor que me juzguen, me critiquen, o me desanimen. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. 1 Pedro 2:1-2 (NTV).
2. Juan 8:32 (DHH).
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