Pienso Que Dios Me Odia

Un lector de Encuentro Diario escribe: “Yo creo en Dios, pero te tengo que decir que a veces pienso que Dios me odia. Siento como si he hecho algo malo. Parece que en mi vida, cuando llueve viene la tormenta. Tomo dos pasos para adelante y luego dos para atrás. ¿Me pudiera ayudar a entender por favor?”

Querida Jane (nombre cambiado), como seguido les digo a personas cuando están tratando de entender y resolver los problemas personales: “El problema nunca es el problema.” Con esto quiero decir que, muy seguido, el problema que vemos no es el verdadero problema. Lo que usualmente vemos es el síntoma del problema, pero no vemos la raíz del problema. Para resolver el problema, es imperativo que enfrentemos y resolvemos la raíz.

Por la razón que a veces sientes que Dios te odia, suena como si tal vez, en tu pasado, sentiste que un varón de importancia te odiaba. Me pregunto si tal vez tuviste una relación confusa con tu padre durante tu niñez y nunca estuviste segura si te amaba o no. Digo esto porque a veces tenemos la tendencia de proyectar en Dios, nuestro Padre Celestial, exactamente como nos sentimos o sentíamos hacia nuestro padre terrenal.

Si una persona tuvo una relación cercana y cariñosa con su padre y se sintió amado(a) y afirmado(a) por él, es más fácil sentirse cerca, amado y afirmado por Dios. Pero si esa persona tuvo una relación distante con su padre y nunca se sintió amada y afirmada por él, es probable que no se sentirá cerca de Dios tampoco—y a veces sentirá que Dios no la ama—y que tal vez la odie. Yo sé esto porque tuve que resolver este problema en mi propia vida ya que vine de un hogar disfuncional y no recuerdo haberme sentido cerca de mi padre.

¿Entonces como podemos vencer y resolver estos sentimientos inquietantes?

Primero, te sugiero que ores con seriedad que Dios te revele la verdad atrás de tus sentimientos; es decir, la raíz tras el sentimiento de que a veces sientes que Dios te odia. Mantén en mente que ya que puedas ver claramente la raíz, entonces podrás ver lo que tienes que hacer para resolver el problema. Como dijo el mayor maestro de todos los tiempos, “Conocerás la verdad y la verdad te hará libre.”1 Sin acceso a la verdad, no hay sanidad ni recuperación, y nos mantenemos “atorados” en nuestra situación.

Segundo, si estos sentimientos son profundos, hay probabilidad que necesites ver a un consejero Cristiano que sea capaz de ayudarte a resolver la raíz de tu problema. Para recursos de consejería, visite la página de web: https://learning.actsweb.org/counseling_resources.php

Tercero, diariamente recuerda esta verdad—a pesar de cómo te sientas—algo de lo que puedes estar 100 por ciento seguro: Sin importar lo que has hecho o has fallado en hacer, Dios te ama (y siempre te amara) totalmente, completamente e incondicionalmente. Diariamente demos gracias a Dios por su constante amor.

Oración sugerida: “Querido Dios, gracias que cuando ‘Tengo problemas personales no resueltos, tú me enseñas los síntomas.’ En todas mis pruebas por favor dame el valor y la ayuda necesaria para ver y confrontar la raíz y la causa de mi problema, y poder encontrar la ayuda para vencerla. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”

NOTA: El problema del cual hablamos en este Encuentro Diario nos indica la necesidad crítica y la importancia del amor de un padre y la afirmación de cada niño(a) durante sus años del desarrollo. Si ignoramos esto, ponemos en peligro a nuestros hijos y su generación.

1.
Jesucristo en Juan 8:32.

<:))))><

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>