“Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad.”1
Recuerdo exactamente donde me encontraba parado hace algunos años cuando una verdad extremadamente sencilla repentinamente vino a mi mente mientras pensaba, “La razón por la cual me siento vacio, es porque lo estoy.”
Al igual que miles de otros niños, crecí con una gran depravación de amor y por una gran parte de mi vida trabaje incansablemente para ganarme la aprobación, sin darme cuenta que estaba sustituyendo esto por el amor que anhelaba dentro de mí.
La aprobación se puede parecer mucho al amor. Se puede dar en amor pero no es amor, y cuando se sustituye por amor nunca satisface.
La aprobación está basada en lo que hacemos, pero necesitamos sentirnos afirmados y amados por quienes somos. La aprobación es algo bueno cuando se da y se recibe por las razones correctas, pero cuando se sustituye por amor se puede convertir en otra adicción para anestesiar el dolor de no sentir amor. Puede ser como una droga. Lo más que la tomamos lo menos que satisface y lo más que la buscamos.
La afirmación está basada en quienes somos aparte de lo que hacemos. Y solo cuando nos sentimos afirmados, podemos bajarnos de la “rueda de la fortuna” de hacer toda clase de cosas para ser aprobados.
Más que otra cosa necesitamos conocer el amor y afirmación de Dios en el centro de nuestro ser. Creo que esto es una de las necesidades más grandes de todo corazón humano, sin esto, podemos creer en Dios con nuestra cabeza pero aun sentirnos desconectados de Él en nuestro corazón.
¿Y cómo puedo conocer el amor y afirmación de Dios en el centro de mi ser?
Primero creyendo que Dios me ama porque su palabra lo dice y tomándolo por fe.
Segundo, compartiendo toda mi vida (especialmente la parte oscura) con una o dos personas de confianza quien—aunque conozcan el verdadero yo—me amaran y aceptaran tal como soy—con defectos y todo.
Ha como ellos hagan esto por mí, poco a poco vengo a aceptarme y amarme en una forma saludable y haciéndolo, me siento afirmado y por medio de ellos, podre dar entrada al amor, afirmación y aceptación del Padre Celestial.
Oración sugerida: “Querido Dios, por favor dame un amigo(a) o dos con quien pueda ser totalmente honesto(a), amigos(as) que me conozcan y aun así me amen, y por medio de quienes pueda conocer y sentir tu amor y afirmación en el centro de mi ser. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Jeremías 31:3 (NVI).
<:))))<><