Para el hombre rico de la parábola de Jesús que dijo a sí mismo: “Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida.”1
La semana pasada un profesor amigo mío asistió a un funeral muy triste. Una de las profesoras más jóvenes de su escuela estaba en camino a casa con sus dos hijos pequeños. Ella detuvo su coche en la entrada a su casa para recoger el correo del buzón. De alguna manera su coche empezó a rodar hacia la casa. Ella corrió a proteger a sus hijos y quedó atrapada entre el coche y la cochera/el garaje—atrapada contra la puerta de la cochera—y murió. En un momento ella estaba viva y vibrante, y el próximo su vida se apagó.
La vida puede ser así. Uno de los miembros de la Junta Directiva de ACTOS, quien tenía unos cuarenta y pico de años se enteró un noviembre que tenía cáncer. Murió en enero. Cada vez que conduzco en las autopistas de Los Ángeles y veo a un conductor loco conducir a exceso de velocidad entrando y saliendo de pesado tráfico, tiemblo, no tanto por él sino por mí y / o por algún otro ser querido que, en una fracción de segundo, esta persona podría matar o mutilar de por vida.
La realidad es que ninguno de nosotros tiene garantizado el mañana. Ya sea que nuestra vida nos sea arrebatada de repente o si debemos vivir hasta una edad madura, es imperativo que estemos listos para ir, porque como lo dice la Palabra de Dios: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, pero después de esto el juicio.”2 Y también: “Prepárense para conocer a su Dios.”3
De acuerdo con la Palabra de Dios, después de esta vida todos vamos a comparecer ante Dios, ya sea como nuestro Salvador o nuestro juez. Es crucial que hoy mismo tomemos esa decisión. Para asegurarse de que están preparados para encontrarse con Dios como su Salvador lean el artículo, “Conocer a Dios y saber que es un verdadero cristiano” en: https://learning.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias porque una y otra vez has advertido a toda la humanidad en tu Palabra, la Biblia, que el alma del ser humano nunca muere ya que hay vida después de la muerte física, ya sea contigo en el cielo o, alejado de ti en el infierno (lo que sea y donde sea que pueda estar). Por favor, ayúdame a tener la certeza de que cuando mi tiempo se acabé, voy a conocerte como mi Salvador y no como mi juez. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón enel nombre de Jesús, amen.”
1. Ver Lucas 12:16-20 (NVI).
2. Hebreos 9:27 (RVA).
3. Amos 4:12 (RVA).
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