“¿Quieres quedar sano?”1
Como se señaló ayer, la meta de Dios no es la de hacernos buenos para su beneficio. Es la de arreglarnos desde lo interior y quedemos sanos. Sabemos que Jesús vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido, pero él nunca lo pidió a nadie directamente, “¿Quieres ser salvo?” Su invitación fue: “¿Quieres quedar sano o bien?”
En varios lugares en la Biblia la palabra salvado puede ser igualmente traducida como curado. La meta de Dios para nosotros es la de sanar a la persona entera en el cuerpo y la mente, así como en el espíritu. Aceptar a Jesús como Salvador es sólo el punto de partida. Después pasamos a la madurez, para crecer y quedar sanos. Esto toma tiempo. Se trata de un proceso. No hay tal cosa como el sanar/ser integro instantáneamente o la madurez instantánea.
Para poder ser sanos tenemos que desearlo lo suficiente para estar dispuestos a enfrentar y resolver de raíz las causas de nuestros comportamientos negativos, las malas relaciones, pecados y enfermedades que son causadas por cuestiones personales sin resolver—sean lo que sean. Tenemos que salir de la negación (ser reales) y estar conectados a nuestro lado oscuro (las áreas de nuestra vida que en lo particular no queremos ver y definitivamente no queremos que otros las vean), y confesar estos no sólo a Dios, sino también por lo menos a una persona de confianza y amorosa, que no sea prejuiciosa—y ser amados y aceptados por esa persona a pesar de nuestros fracasos. Como James dijo: “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados.”2 Este es el camino a la integridad/salud y la manera de crecer en el amor, el amor es el más alto fruto de la totalidad/integridad.
Así que lo contrario de lo malo no es ser bueno, pero el ser integro. El resultado será una bondad que viene desde el corazón.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor, ayúdame, no sólo para estar conectado a ti a través de Jesús, pero también para está conectado a mi ‘lado oscuro’ y a personas de confianza, cariñosas y pacientes para ser amado, sanar y ser integro para que mi vida, mis acciones, mi comportamientos y mis relaciones sean sanas—y todo lo bueno en mi vida sea el fruto o resultado de ser una persona sana/integra. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, Amén.”
1. Juan 5:6.
2. Santiago 5:16.
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