“Siempre dando gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”1
La actitud, como se ha dicho, es mucho más importante que la aptitud. La aptitud dice que podemos hacer las cosas, pero la actitud determina lo bien que lo hacemos. La aptitud determinar qué tan bien podemos pensar, pero la actitud determinará cómo nos sentimos acerca de lo que pensamos. La aptitud nos ayudará a ver las cosas que quizás otros no ven, pero la actitud nos ayudará a cómo interpretar lo que vemos y lo que podemos hacer al respecto. Una persona con una actitud saludable y positiva pueden lograr mucho más con su aptitud promedio que una persona con una capacidad altamente calificados, pero que tiene una actitud negativa y contraproducente.
Las personas con una actitud positiva verán el vaso medio lleno y estarán agradecidos, mientras que aquellos con una actitud negativa verán el vaso medio vacío y se quejaran de ello. Ambas están correctas, por supuesto, pero es la actitud lo que hace la diferencia en la manera de ver las cosas. En la vida no vemos las cosas como son sino como somos. Y si no tenemos una actitud honesta y realista, distorsionaremos los hechos más evidentes para hacer que coincidan con nuestra actitud llena de prejuicios.
Luego, por supuesto, hay quienes argumentan que el vaso es el doble de grande de lo necesario. No se puede ganar con esta gente porque no importa lo que usted diga, no estarán de acuerdo con usted, porque tienen una actitud desagradable
En toda la vida es la actitud lo que hace la diferencia. La aptitud es un regalo. La actitud es una opción.
Me gusta lo que Michael Josephson de El Carácter Cuenta, dijo, “Así que, al menos por hoy, yo no me voy a preocupar de que las rosas tienen espinas, me regocijare de que las espinas tienen rosas.”
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a ver las rosas en el arbusto espinoso, el arco iris en la lluvia, y las bendiciones ocultas que tienen para mí en cada circunstancia. Ayúdame a desarrollar una actitud de agradecimiento para que pueda poner en buen uso estas aptitudes que me has dado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.”
1. Efesios 5:20 (NVI).
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