Terry nos cuenta que ella “tenía la costumbre de orar muy especialmente por lo que ella quería. Ella le dijo a Dios en gran detalle sobre el tipo de trabajo, la clase de esposo, el tipo de vida que ella imaginó para sí misma. Y Terry estaba frustrada con frecuencia. Pero un día, un amigo de Terry sugirió que probara un rumbo diferente. ‘Dale a Dios una hoja de papel en blanco,’ sugirió el amigo, ‘y deja que Dios te dé su lista para tu vida.’

“Poco tiempo después, Terry volvió a la escuela, algo que ella no había previsto hacer. Y conoció a un hombre nuevo y maravilloso, con quien finalmente se casó. El no se ajustaba a los criterios de su lista anterior, pero fue todo lo que quería en un esposo. Cuando Terry le dio la voluntad de su vida a Dios, Dios proveyó para sus necesidades de formas que ella no podía haber imaginado.”²

Otra excelente manera de orar es, despegarse de la famosa cita de John F. Kennedy: “No pregunte lo que Dios puede hacer por usted, sino más bien, ¿qué puede usted hacer por Dios, hoy?”

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, a la luz de todo lo que has hecho por mí, ¿qué puedo hacer por ti hoy? Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amén.”

1. Filipenses 4:6 (NVI).
2 Terry Fitzgerald Sieck, encontrado en las historias de la Abundancia de Dios para una vida más alegre (Lancaster, PA: Editores Starburst, 1999), paginas 196-198