“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.”1
¿Está bien estar enojado con Dios? Sí, lo dijimos ayer en nuestro Encuentro Diario, pero tenemos que resolver los sentimientos de enojo, junto con nuestro dolor, de lo contrario, a la larga, sólo nos lastimamos.
En cuarto lugar, la preguntó que se hizo fue ¿está mi hija, que murió en un accidente de coche, en el cielo con Dios a pesar de que se había alejado de él por un tiempo?
Para hacerle frente a esta angustiada madre, la respuesta a su pregunta, “¿Está mi hija con Dios en el cielo?” Es una pregunta muy comprensible en tal momento. La buena noticia es que ninguno de nosotros entra al cielo sobre las bases de lo que hemos hecho o no. Entramos al cielo por la gracia de Dios y sobre la base de lo que Jesús ha hecho por nosotros, en que murió para pagar la pena por todos nuestros pecados y el creer y aceptar esto. Debido a que su hija confió en Jesús como su Salvador, ella está a salvo en el cielo y la volveré a ver y estarán juntas para siempre.
Como nos lo aseguran las Escrituras de hoy, si hemos aceptado al Hijo de Dios, Jesús, como nuestro Salvador, podemos tener la certeza de saber que nosotros y nuestros seres queridos que han aceptado a Jesús estará con Dios en el cielo para siempre.
En quinto lugar, regresando a su dolor, si parece que no puede resolverlo, le insto a buscar asesoría profesional para ayudarle a trabajar a través de su dolor. Si usted vive en América del Norte y quisiera el nombre y número de teléfono de un consejero cristiano en su área, llame a la Fundación Cristiana Narramore al 1-800-477-5893 y presione 1 para Diana y ella le ayudará.
En sexto lugar, todos los días asegúrese de comprometerse con Dios y a confiarle su vida y sus caminos, sin importar cómo se sienta…y continué diciéndole a Dios exactamente cómo se siente. Él sabe, él entiende y se preocupa por usted. Y siga diciendo en voz alta en un lugar privado, “Yo escojo confiar en Dios…elijo confiar en ti mi Dios….” Cuando continué haciendo esto, con el tiempo sus sentimientos se pondrán al día con su opción de confiar en Dios.
En séptimo lugar, tómese un tiempo para sanar. Los brazos rotos se curan en seis semanas. Los corazones rotos necesitan mucho, mucho más tiempo.
Por último, recuerde que Dios está con usted, no importa qué y él nunca le dejará ni le abandonará. Nunca. Esa es su promesa para usted y todos los que creen en él.2
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias por la garantía de que todos los que han depositado su confianza en ti y han aceptado a tu Hijo, Jesús, como su salvador pasarán la eternidad en el cielo contigo. Y cada vez que me enfrente a decepciones desgarradoras, ayúdame a recordar que si bien estas pueden ser permitidas por ti, que no son causadas por ti. Y ayúdame a siempre resolver los sentimientos de rabia y dolor, y que no les embotelle. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.”
1. 1 Juan 5:11-13 (NVI).
2. Véase Hebreos 13:5
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