¿Es la incredulidad un problema intelectual?

“Por lo tanto, ahora ustedes entréguense al Señor y sírvanle fielmente… Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quién van a servir… Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”1

Algunos dicen, “Yo no creo en Dios, porque el hacerlo seria cometer suicidio intelectual.” ¿En serio?

No hay nada malo con tener dudas honestas acerca de Dios, hacer preguntas inteligentes y examinar las evidencias. Esto es bueno para nuestro crecimiento. Aun más, la mayoría de nosotros luchamos contra las dudas de vez en cuando. Ciertamente yo lucho contra ellas. Y hay muchas cosas que no comprendo y probablemente no las comprenderé en este lado del cielo. Sin embargo, ¿es el creer en Dios un asunto intelectual?

Lo es parcialmente, pero me pregunto si no es más un asunto moral. Por ejemplo, si yo escojo creer en Dios, se que soy moralmente responsable por mi vida y mis acciones. Se trata de una ruta exigente para elegir y seguir. Si, por otra parte, elijo no creer en Dios, no tengo que seguir sus directivas. De esta manera me engaño a mi mismo al pensar que yo no soy responsable por mi vida y mis acciones y no tengo que responderle a nadie más. De esta manera puedo vivir y hacer lo que me plazca—un camino muy fácil de seguir. Esto, sin embrago, no solo nos engaña sino también en última instancia es autodestructivo. Ya que la Palabra de Dios claramente indica que al final de los tiempos “es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo,”2 “Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.3

Y, por cierto, ¿si yo digo que creo en Dios pero ignoro sus directivas, creo realmente en Dios? El creer tal vez tenga muchas facetas pero una cosa es cierta, también es un asunto de moral y una elección moral. Y no es lo que decimos lo que cuenta, pero lo que hacemos.

Aun más, la elección/decisión no tiene que basarse en la emoción pero es un acto de nuestra voluntad. Como alguien lo dijo sabiamente, “Un hombre convencido en contra de su voluntad aun tiene la misma opinión.”

Recuerden también, “Es la elección, no la oportunidad lo que determina el destino.” Esto incluye nuestro destino eterno. Y como lo dijo Josué a los antiguos israelíes, “elijan ustedes mismos a quién van a servir.”

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor abre mis ojos al entendimiento para que yo pueda ver mis motivos verdaderos en todas las decisiones que tomo. Ayúdame a ver la verdad desde tu perspectiva y dame la sabiduría y el valor para elegir tu camino y no el mío. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amen.”

Por más ayuda oprima en https://learning.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php Conociendo a Dios.

1. Josué 24:14-16 (NVI).
2. 2 Corintios 5:10.
3. Hebreos 9:27 (NKJV).

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