NOTA: Mis disculpas nuevamente la falta Encuentros Diarios de la semana pasada. Estábamos de vacaciones y no se enteró de este problema hasta que llegamos a casa. Ricardo
“Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.”1
Chuck Colson informes en Breakingpoint cómo en su libro, La Paradoja del Progreso: Cómo la vida mejora mientras la gente se siente peor, Gregg Easterbrook dice que en la postguerra la depresión unipolar “aumento diez veces en las Naciones industriales.”
Colson dice, después de dar una o dos razones para este aumento, “otra idea equivocada que contribuyen a la depresión es la ‘enseñanza en la posguerra sobre Victimología y desamparo.” Intelectuales, políticos, abogados de agravio y los medios de comunicación han trabajado para identificar y designar nuevas clases de víctimas. Como Martin Seligman [de la Universidad de Pennsylvania] lo indica, cada vez más y más los estadounidenses se identifican a sí mismos como víctimas de algún tipo u otro. El resultado es una sensación de impotencia. Los estadounidenses, especialmente los jóvenes, afirman tener menos control sobre sus vidas al mismo tiempo que disfrutan de una libertad personal sin precedentes.”2
Como lo he informado en varias ocasiones, en mi experiencia adquirida al haber dado clases de recuperación del divorcio y relaciones durante las últimas dos décadas, una de las causas más grandes que he visto como la razón del fracaso en las relaciones es esta mentalidad de víctima. Al menos el 90 por ciento de los divorciados y de las parejas con problemas con quienes he trabajado culpan principalmente a su pareja de sus conflictos sin resolver, mientras no admitan que ellos comparten la misma responsabilidad (incluso si sólo estaban siendo demasiado pasivos o demasiado codependientes).
Además, casi ninguno tomó en consideración qué defecto/falla había en ellos que les hizo sentirse atraídos a su pareja en primer lugar. La realidad es que estamos tan enfermos como las personas a quienes nos sentimos atraídos [o tan saludables]. Lamentablemente, mientras las personas continúen jugando el juego de la culpa, nunca se recuperará. Peor aún, continuarán repitiendo los errores del pasado. Debe de ser ya sea resolución o repetición.
“Hasta cierto punto la vida del hombre está formada por el medio ambiente, la herencia y los movimientos y cambios en el mundo a su alrededor. Entonces llega el momento cuando está al alcance de sus manos el darle forma a la arcilla de su vida en el tipo de cosas que desea ser. Sólo los débiles culpan a los padres, su raza, los tiempos, falta de suerte o los caprichos del destino. Todo el mundo tiene el poder de decir ‘Esto soy hoy; eso seré mañana.’”3
O lo podemos poner de esta manera, Esta es la forma como soy hoy. Aquello, por la gracia de Dios es lo que seré mañana.”
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor no permitas que alguna vez juegue el juego de la culpa. Ayúdame siempre a buscar y descubrir todo lo que tengo o estoy contribuyendo a cualquier conflicto en el que me encuentre. Y luego, al admitir mi problema, por favor, llévame hacia la ayuda que necesito para superarlo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén.”
1. Romanos 14:12 (NIV).
2. Breakpoint, 26 de agosto del 2004 www.pfm.org.
3. Louis L’Amour.
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