“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos.”1
Paul Dickson descubrió que el tamaño de la cortadura que se hizo mientras se afeitaba estaba directamente proporcionado a la importancia del evento por el cual se afeitaba. Esto le llevo a tener un interés en otras “leyes del universo” evidentes en la vida diaria. Las siguientes son algunas pocas de las muchas que ha coleccionado:
“Ningún libro que ha prestado esta extraviado excepto los que usted particularmente desea mantener.” “Hay tres maneras de obtener algo: hacerlo usted mismo; contratar a alguien; o decirle a sus hijos que no lo hagan.” “Puede tirar un cerillo quemado por la ventana de su auto e iniciar un incendio forestal más fácilmente de lo que puede iniciar uno bajo los leños secos en su chimenea con una caja de cerillos y la edición completa del diario/periódico dominical.”
Aceptémoslo, mas seguido que de costumbre, son esas pequeñas cosas que nos molestan en la vida las que presionan nuestro botón de “frustraciones.” Como lo pone un humorista:
Las pequeñas cosas que nos fastidian
y nos pueden torturar
uno se puede sentar sobre una montaña
pero no sobre una tachuela/chinche.
Y la mayoría de nosotros tenemos por lo menos un botón de “frustración”—o como ustedes le llamen—el cual es un área de debilidad que Dios quiere que superemos. Mientras yo tenga un botón de “frustración” que aun está activo, es un recordatorio de que tengo que seguir crecimiento para poder llegar al lugar donde podre dejar de sentirme frustrado y confiar en Dios para todo.
Hmmm… Todavía estoy trabajando en el mío… pero Dios aún no ha terminado conmigo. Afortunadamente.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, te doy las gracias porque puedo traer ante ti todas mis ‘frustraciones.’ Cuando lo haga, por favor, ayúdame a ver si hay algo que pueda hacer para solucionar el problema que está causando mi frustración y, a continuación, hacer lo que tengo que hacer a la medida de mis posibilidades y confiarte el resultado para poder experimentar tranquilidad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén.”
1. Filipenses 4:6, 7 (TLB).
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