Soy un escritor, pero si siempre esperara por una fuente de inspiración para motivarme a escribir, no escribiría mucho porque hay muchas otras cosas que me gusta hacer. No siempre, pero como regla general, el escribir es para mí sólo cinco por ciento inspiración. El resto es 25 por ciento disciplinas y 70 por ciento transpiraciones o trabajo arduo. Creo que cada escritor, de vez en cuando lucha con un bloqueo, pero hay que seguir escribiendo cuando ese es su trabajo.

Hace años cuando pensé en escribir un libro, parecía una tarea desalentadora, pero cuando un amigo sugirió que pensara en escribir solo una página a la vez, me dije a mí mismo, esto es algo que si puedo manejar.

Cuando la gente me pregunta si me encanta escribir, suelo contestar diciendo: “Me encanta haber escrito.” Sin embargo, me gusta comunicar ideas, y la escritura es una forma de hacerlo. El enseñar en persona es mucho más divertido para mí, pero el escribir ha demostrado ser más eficaz, especialmente con los medios de comunicación electrónicos de hoy.

La vida es así. Evidentemente, no todos reciben el llamado para escribir, pero todos estamos llamados a hacer aquello para lo que estamos capacitados. Existe una empresa donde vivo que se llama Instant Grassification. Es un nombre inteligente para la instalación de césped instantáneo. Pero el lograr algo que valga la pena en la vida significa que tenemos un propósito claramente definido además de disciplina, trabajo y determinación para tener constancia a largo plazo y para “continuar sembrando nuestra semilla,” y nunca darnos por vencidos. Tal cosa como un éxito inmediato no existe.

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a cual es el propósito para mi vida y con tu ayuda, a continuar haciéndolo para que cuando llegue al final del viaje de la vida escuche tus palabras de bienvenida, ‘Bien, siervo buen y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.’ Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Eclesiásticos 11:4, 6 (TLB).