“Moisés respondió, ¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido?” ¿Qué tienes en la mano? preguntó el Señor. Una vara respondió Moisés. Déjala caer al suelo ordenó el Señor. Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella, pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos.”¹

Si conocen la historia de la Biblia, recordarán cómo los israelitas habían sido esclavos en Egipto durante algunos años 430 y Dios estaba llamando a Moisés para que regresara a Egipto para enfrentarse al Faraón para que permitiera que la gente de Dios saliera. Esto era el liberarlos de la esclavitud y llevarles a la tierra prometida, la tierra que Dios les habían prometido muchos años antes a través de Abraham, el padre de la nación israelí.

Ya que no era bueno para expresarse, Moisés sentí que él no podría asumir esta tarea aparentemente imposible. Así que Dios le reto diciendo, “¿Qué tienes en la mano?” y, a continuación, realizó un milagro inusual con la vara de Moisés. Esto fue para asegurarle a Moisés que Dios estaría con él para convencer a los israelitas que Dios lo había llamó, y para asegurarle a Moisés que Dios realizaría los milagros necesarios para convencer al faraón para que finalmente dejara ir al pueblo de Dios.

Como algo aparte, el año pasado Joy y yo fuimos a Egipto y al visitar las grandes pirámides, no pude evitar preguntarme si los esclavos israelíes habían construido o ayudado a construir estas estructuras masivas. Le pregunté a nuestra guía si esto habría sido posible y ella respondió que no lo sabía.

De regreso al mundo actual en el que Dios tiene un trabajo para usted y para mí en cada uno de los mundos en que vivimos. Lamentablemente, muchos de nosotros no nos sentimos capaces de hacer algo importante por Dios y, en consecuencia, nos hacemos a un lado y prácticamente arruinamos nuestras vidas por no cumplir con el propósito de Dios tiene para nosotros. Así que la pregunta que Dios tiene para cada uno de nosotros hoy es: qué “¿Qué tienes en la mano?” O para decirlo en forma coloquial, “¿cuál es tu vara?”

En otras palabras, ¿qué dones ha recibido de Dios? ¿Qué es lo que disfrutar hacer y lo hace razonablemente bien? ¿Qué le gustaría hacer si tuviera la oportunidad? Estas actividades suelen indican cual es su vara; es decir, qué don o dones están en su mano. Cualquieras que sean, asegúrese de poner estas habilidades a buen uso al servir a Dios, recordando que servimos a Dios cuando servimos a las personas.

Si usted es un maestro con un don, entonces tal vez podría enseñar una clase de escuela dominical o de la Biblia. Si usted es un talentoso orador o escritor, entonces busque maneras de utilizar estos dones para ayudar a difundir el Evangelio y el mensaje de Jesucristo. Si alguien es bueno para alentar a las personas, entonces use este regalo generosamente. Usted puede servir a través de su iglesia local, a través de servicios de la comunidad local, ayudando a misiones locales o extranjeras, ayudando y apoyando organizaciones de apoyo a las iglesia, ayudando a un vecino en necesidad, al ser un voluntario con un grupo de servicio local — o de otras cien formas productivas.

Recuerden también que cuando estén frente a Jesús para dar cuenta de su vida, asegúrense de que no sólo estarán allí de pie sosteniendo su vara como si la acabaran de sacar de una caja de regalo. Con la ayuda de Dios, espero que cuando llegue este momento para mí, mi vara se vea bastante desgastada por haberla usado productivamente. 

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias por la vara (don/es), que has colocado en mi mano. Ayúdame a obtener la mejor formación posible, para que pueda darle el mejor uso a mi vara en un servicio eficaz y encontrar maneras de utilizar mi vara para servirte  y honrarte. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Éxodo 4:1-4 (NVI).