“¡Bendito seas, Señor! ¡Sea exaltado tu glorioso nombre, que está por encima de toda bendición y alabanza! ¡Sólo tú eres el Señor! Tú has hecho los cielos, y los cielos de los cielos con todas sus estrellas. Tú le das vida a todo lo creado: la tierra y el mar con todo lo que hay en ellos. ¡Por eso te adoran los ejércitos del cielo! Tú eres el Señor Dios.”1
Lo fácil que es dar por sentado las bendiciones y las disposiciones de Dios. He vivido en el sur de California desde hace varios años y he experimentado terremotos que sacudieron la vieja tierra firma en la que estaba parado. He visto los resultados de los estragos de los incendios que destruyeron decenas de casas, disturbios que destruyeron decenas de propiedades y las inundaciones y deslizamientos de lodo que también causaron grandes pérdidas.
El Sur de California es poco más que el desierto convertido y lo que me sorprende es de dónde proviene toda el agua para poder satisfacer las necesidades de unos veinte millones de personas. Hemos pasado por varios años de sequía y aun así ha habido suficiente agua. La mayoría del agua proviene del sistema de almacenamiento de agua más maravilloso que jamás haya sido creado, y no sólo se debe a las presas y reservas, que son tan maravillosas y tan necesarias. Es de la nieve que almacena agua durante muchos meses del año y la va liberando básicamente como va siendo necesario. Si no fuera por las magníficas montañas y la sorprendente cantidad de nieve, el sur de California todavía sería poco más que un desierto.
También me sorprende cómo muchas personas se quejan de los días de lluvia cuando recibimos lluvias abundantes en esta tierra seca y sedienta—lluvias que llenan los ríos, presas y reservas y almacena miles de millones de galones de agua en la forma de nieve en miles de kilómetros cuadrados de escarpadas montañas: ¡lluvias que nos mantienen vivos!
Todo lo que Dios tiene que hacer es desactivar la llave del cielo u ocultar el sol por el tiempo suficiente y cada cosa viva morirá.
Como lo han dicho los levitas, verdaderamente Dios da vida a todo.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias por la increíble bendición que has proveído para todos nosotros todo el tiempo. Permite que sea consciente y agradecido por estas cosas. Ayúdame a siempre tener un corazón agradecido y a vivir con una actitud de gratitud. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”
Nota: Si nunca han recibido la mayor bendición de Dios, por favor lean el artículo, “Como saber que es un cristiano autentico” en: https://learning.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php. Y asegúrense de aceptar el perdón de Dios y su regalo de vida eterna.
1. Nehemías 9:5-7 (NVI).
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