Más acerca de la responsabilidad

“Está escrito: Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor— ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios. Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.”1

Es cierto, yo no fui responsable de mi entrada a este mundo, ni fui responsable de mi educación. Sin embargo, a menos que esté mentalmente discapacitado, soy totalmente responsable de lo que hago acerca de mi pasado, de quien soy, de lo que hago, y de cómo elijo comportarme y vivir mi vida.

Lo siguiente es cómo una persona se expresa acerca de cómo muchas personas ven la responsabilidad en el mundo de hoy:

“Si un hombre se corta un dedo mientras rebana salami en el trabajo, culpa al restaurante.

“Si usted fumó tres paquetes de cigarrillos al día por 40 años y mueren de cáncer del pulmón, su familia acusa a la empresa tabacalera.

“Si su vecino choca contra un árbol mientras conducía borracho a casa, culpa al cantinero [o al árbol que se le atravesó].

“Si sus nietos son niños sin modales, ustedes culpan a la televisión.

“Si tu amigo es asesinado por un loco perturbado, tu culpas al fabricante de armas.

“Y si una persona enloquecida irrumpe en la cabina de un avión y trata de matar al piloto a 35,000 pies de altura, y los pasajeros le matan a él, la madre del difunto culpa a la aerolínea.

“Debo de haber vivido demasiado tiempo para entender el mundo, como lo es ahora. Por lo tanto, si muero mientras mi vieja y arrugada cara se encuentra frente a la computadora (computador), quiero que culpen a Bill Gates….”2

Lo que tenemos que enseñar y destacar hoy desde la cuna hasta la tumba—y de los puestos más altos de liderazgo en la tierra hasta las posiciones más humildes no importa lo que sea—¡es la responsabilidad personal!

Como dijo Roy Smith, “la capacidad de aceptar responsabilidad es la medida del hombre.” Y como nos recuerda las escrituras de hoy, todos somos responsables ante Dios.

Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias porque tu harás por mí lo que yo no pueda hacer, tal como el dar a Jesús a que muriera por mis pecados, pero no harás por mi nada que yo sea capaz de hacer por mí mismo. Ayúdame a aprender a ser responsable en todo momento y (si tengo hijos) entrenar a mis hijos con el ejemplo para que aprendan a ser responsables. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Romanos 14:11-12 (NKJV).
2. Autor y fuente desconocida.

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