“El que teme no ha sido perfeccionado en el amor.”1
Todo el mundo debe amar y ser amado. Todos lo sabemos, pero lo que no siempre comprendemos es que algunos de nosotros no llenamos nuestras necesidades de amor porque tenemos miedo a amar y a ser amados. Esto es porque en algún lugar en nuestro pasado nos lastimaron aquellos que se suponía que nos amaban. Amar de nuevo significa ser herido de nuevo.
Tomemos el ejemplo de Jill. Ella constantemente acusaba a Tom, su marido, de estar súper interesado en otras mujeres. Cualquier señal de amistad que Tom mostraba hacia el sexo opuesto era mal interpretada por Jill basándose en sus propios miedos.
A través de asesoramiento, Jill pudo ver que su miedo pertenecía a su pasado. Cuando era muy joven, su padre abandonó a su madre por otra mujer y también la abandonó. Muy dentro de si Jill temía que Tom le haría lo mismo a ella.
Tom amaba demasiado a Jill y no tenía intención alguna de dejarla. Tampoco tenía un interés personal en alguna otra mujer. Sin embargo, debido a que Jill proyectar su miedo en Tom, sus acusaciones le estaban alejando de ella. Si ella no se hubiese dado cuenta y no hubiese recibido ayuda para superar su problema, ella podría muy bien haber destruido su matrimonio y el amor que ella necesitaba. A menos que lo resolvamos, muy a menudo aquello que tememos es aquello que hacemos que suceda.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a reconocer los miedos sin resolver en mi vida que tal vez me estén lastimando a mi misma o a los demás, y ayúdame a encontrar la ayuda necesaria para vencerlos y así ser perfeccionada en el amor. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús. Amén.”
1. 1 Juan 4:18 (NKJV).
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