“Y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.”1
Alan Smith narra la historia acerca de una digna anciana parte de un grupo que visitaba una exposición de arte en una galería que acababa de abrir. Cuando una pintura contemporánea llamó su atención, tomando aire se dirigió al artista quien se encontraba cerca de ella, diciendo “¿qué demonios es?”
Él sonrió condescendientemente. “Eso, mi estimada dama, se supone que es una madre y su hijo.”
“Bueno, entonces,” razonó la dama de edad avanzada, “¿por qué no lo es?”2
Habiendo visto algunas piezas de arte moderno, puedo apreciar su pregunta.
Por desgracia, de acuerdo con diversos informes que he leído hay poca diferencia entre la vida del cristiano promedio y la vida del que no es cristiano. Si no actuamos como cristianos, y nos comportamos como cristianos, vivos como cristianos y tenemos el aspecto de los cristianos, ¿cómo podremos tener un impacto en el mundo en que vivimos para Cristo?
Para “vernos como cristianos”, necesitamos conocer lo que la palabra de Dios enseña—y obedecerlo.
Y cuando no estamos seguros de cómo debemos de actuar, nos podemos preguntar: “¿Qué haría Jesús?”
Y oremos siempre para que Dios nos ayude a ser como Jesús en cada vida que toquemos… y que nos ayude a “amarnos los unos a los otros.” Como Jesús dijo, “y por esto todos los hombres sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.”3
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, ayúdame a vivir de amnera en que todo lo que soy y haga ‘parezca un cristiano’—un verdadero seguidor de Cristo—y sea como Jesús en cada vida que toque y con ello ayude a impactar el mundo en que vivo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén. “
1. Efesios 5:2 (NVI).
2. Alan Smith, Pensamiento del día, www.TFTD-online.com.
3. Juan 13:35 (NVI).
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