Venciendo la lujuria

“Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.”1

Un lector de encuentro diario de América del Sur escribe: “mi nombre es Juan y me dirijo a usted para obtener ayuda. Tengo un ‘arma’ dentro de mí que está destruyendo mi vida — es el arma de la lujuria incontrolable. Estoy casado, pero soy incapaz de controlarme a mí mismo. Yo he sido infiel, y cada vez me digo que es la última vez, pero de nuevo caigo una y otra vez. He probado todo dentro de mi voluntad para detenerme, pero simplemente no puedo. He perdido todo sentido de autoestima y voy sólo con la rutina de la vida. Amo a Dios y echo de menos la dulce relación que en su tiempo solía disfrutar. ¿Cómo parar de destruirme y a mi familia? Por favor, ayúdeme.”

Juan, muchas gracias por la valentía que admitir que tienes un problema con la lujuria. Este es el primer paso en la recuperación de cualquier problema. A continuación, aunque puede ser difícil de hacer, es importante reconocer que cuando la lujuria causa que la vida esté fuera de control, la persona es un adicto al sexo.

En tercer lugar, comprenda que muchas — si no es que la mayoría — de las adicciones se inician como una forma para evitar enfrentarse al dolor de algunos problemas internos que están sin resolver. Es el “fruto de una raíz más profunda.”

En cuarto lugar, le ruego que no sólo confiese su pecado a Dios como ha dicho que lo ha hecho en varias ocasiones, pero también a un amigo de confianza con quien se sienta seguro: uno que nunca traicionará su confianza — y continúe aceptando su responsabilidad ante él. Como lo dice la palabra de Dios, “confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados.”1

En quinto lugar, tengo entendido que ya ha confesado sus pecados sexuales a Dios, pero también necesita pedirle a Dios con toda sinceridad que le ayude a ver si hay problemas en su vida que aun no ha resuelto y estos le están llevando a sacarlos en la forma de la lujuria y los pecados sexuales. Por ejemplo, la lujuria que nos controla a menudo es un resultado del amor reprimido, por lo que usted inconscientemente puede aun estar buscando el “amor de madre” que no recibió de niño. O bien podría estar inconscientemente enfadado con su madre y sacar su enojo en otras mujeres. Cualquiera que sea la causa de su problema Dios sabe lo que es, por lo que le animo a que le pida a Dios que le muestre la causa.

En sexto lugar, si es posible, podría ser de gran ayuda el convertirse en un miembro de un grupo de SAA (adictos anónimos de sexo), al igual que AA (alcohólicos anónimos), SAA es una organizado para ayudar a las personas a liberarse de su adicción

En séptimo lugar, también le aliento en gran manera a buscar a algún consejero cristiano para que le ayude a descubrir y resolver la causa oculta o causas de su adicción al sexo.

Por último, lo primero es que cada día se asegure de entregar y confiar su vida y sus caminos a Dios. Él puede hacer un trabajo mucho mejor con su vida del que usted puede hacer. Se sugiere la siguiente oración:

“Dios mío, una vez más, hoy, te confío y entrego mi vida y mis caminos. Por favor, guíame por el camino que debo de ir, ayúdame a resolver mi problema de la lujuria y los pecados sexuales y así poder convertirme en el hombre de Dios que deseas que sea. Además, estoy a tu servicio, úsame para ser  ‘como Jesús’ de alguna manera con cada vida con la que yo tengo contacto. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, amén.”

1. Santiago 5:16 (NVI).

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