Viviendo plenamente — amando plenamente Primera parte

“Ámense los unos a los otros.”1

Hay una antigua historia acerca de un maestro de escuela quien se lastimó la espalda y tuvo que estar enyesado por un tiempo en la parte del torso. El yeso cabía debajo de la camisa y no se notaba.

En el primer día de clases, aun con el molde de yeso bajo su ropa, se encontró a si mismo asignado con los estudiantes mas rudos de la escuela. Caminando con confianza entró al desordenado salón de clases, abrió una ventana a todo lo ancho y se concentró en el trabajo en su escritorio. Cuando una fuerte brisa hizo que su corbata revoloteara, él tomó la engrapadora y engrapó la corbata a su pecho.

¡No tuvo problemas de disciplina durante el curso!

Algunas veces sería agradable si la vida fuese así de sencilla; esto es, si pudiéramos llevar un molde de yeso alrededor de nuestro corazón para que nuestros sentimientos no sean lastimados.

No es así. La vida no es tan sencilla. El problema es que cuando ponemos una barrera o pared alrededor de nuestros sentimientos, esa misma barrera Tambien bloquea nuestros sentimientos cálidos y de cariño. Nos convierte en zombies.

Somos seres con sentimientos. ¿Se pueden imaginar cómo sería la vida sin emociones? Como alguien lo dijo, sería como jugar a los trombones con una válvula atorada; esto es monótona y aburrida. La verdad es que cuando nuestras emociones están reprimidas es porque estamos particularmente aburridos con la vida.

Durante muchos años he dirigido seminarios e impartió clases sobre relaciones y recuperación y la queja número uno que he oído de las mujeres en ambos lados del Pacífico es una variación sobre el tema, “mi esposo no entiende mis sentimientos y no comparte los suyos.” No es de extrañar que tantas relaciones se desintegren en sus cimientos. Sin estar en contacto con nuestros ser interior (sus emociones) no hay ninguna intimidad o una proximidad real. Tales parejas viven juntas pero aparte — y su relación muere un poco cada día.

Además, cuando ocultamos y posteriormente enterramos nuestros sentimientos, nunca los enterramos muerto por lo contrario están muy viva. Al hacerlo, en una u otra manera ellos regresan para mofarse de nosotros. Aquellos que no logramos sacar hablando en forma creativa, inevitablemente lo actuamos de manera destructiva de una u otra manera. Esos sentimientos negativos que llevamos enterrados los podemos sacar fuera en forma de ira u hostilidad a otros y los que más amamos. Podemos aislarnos y permanecer en silencio cuando estamos heridos o enojados, lo que es de igual amnera una “forma sucia de luchar.” Podemos caer en depresión, sufrir ataques de ansiedad, arruinar nuestras relaciones, ponernos trampas a nosotros mismos, y/o enfermarnos físicamente. Como lo dijo John Powell, “Cuando enterramos nuestras emociones, nuestro estómago mantiene la cuenta.” Algo muy verdadero.

Aun mas, cuando nuestras emociones negativas están bloqueadas y enterradas, es imposible vivir una vida plena u amar plenamente como nos lo enseña Jesús.

Continuará. . . .

“Dios mío, sé que has comandado que nosotros, tus seguidores, debemos amarnos los unos a los otros. Por favor, ayúdame a vivir en armonía con tu palabra, para que sea capaz de verdaderamente vivir y amar plenamente. Así que te pido que me ayudes. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén.”

1. Juan 13:34

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